Gracias al inicio de la actividad cinegética
- Todas las especies están sujetas a una regulación que determina, en cada región, cuánto y cuándo se puede cazar
- La procedencia de la Unión Europea garantiza los máximos parámetros de calidad, autenticidad y seguridad alimentaria de las carnes salvajes
- El stock de animales disponible año tras año, la mejor evidencia de la sostenibilidad con que se gestiona la caza
Uno de los grandes placeres de la gastronomía está a punto de llegar a su momento óptimo de consumo. Aunque durante todo el año pueden estar al alcance del consumidor, gracias a la variedad y calidad de su oferta en ultracongelado, es ahora cuando las Carnes de Caza Silvestres se acercan a su apogeo de aroma y sabor. Al estar disponibles en fresco, estas viandas están listas para satisfacer a los amantes de los productos auténticos y naturales, que llevan todo el año esperando a que se levanten las vedas que regulan la estacionalidad de la caza.
Las especies salvajes que forman la gran familia de Carnes de Caza Silvestres tienen su propio ciclo biológico. El origen libre y su alimentación completamente natural hacen que estos animales sean muy sensibles al entorno. La abundancia o escasez de alimento tiene una relación directa con el perfil organoléptico de estas carnes, que se añade a las variaciones propias de las especies fruto de su crecimiento en el medio natural.
Gusto por lo salvaje con las máximas garantías
Los amantes de los productos auténticos y naturales, como las Carnes de Caza Silvestres, tienen la tranquilidad de que el origen europeo de las piezas garantiza su procedencia cien por cien salvaje, con los máximos niveles de sostenibilidad, excelencia organoléptica y seguridad alimentaria. La caza en Europa se encuentra sometida a un estricto marco normativo, que regula el número de animales que se pueden abatir, tanto por especie como por coto de caza, así como las características que tienen que tener éstos, en cuanto a madurez y talla.
Gracias a este riguroso control, año tras año los cotos de caza siguen teniendo unas poblaciones saneadas y equilibradas de piezas de Caza Mayor y de Caza Menor, que son el pilar de la Gastronomía de la Caza. Una costumbre tan antigua como la propia Humanidad sobre la que ha nacido una innumerable colección de recetas que, por su sabor y su equilibrio nutricional, siguen tan de actualidad como el primer día.
Gracias al levantamiento de las vedas, en los mejores puntos de venta de carnicerías y en los restaurantes que buscan la excelencia gastronómica de la estacionalidad ya se puede disfrutar, en fresco, de las carnes de Caza Mayor, como el ciervo, el jabalí, el gamo o el corzo, y también de las de Caza Menor, como las que proceden de conejos, perdices, liebres y patos.
Los exhaustivos controles implementados en las cacerías y en las empresas encargadas de transformar las reses cazadas en carnes listas para el consumo, permiten maximizar las garantías alimentarias. Una tranquilidad añadida para el consumidor que apueste por el origen europeo de las Carnes Silvestres de Caza.